sábado, 25 de abril de 2009

Hafez, interprete de los secretos persas


Ahora les traigo un poco de poesía para momentos difíciles donde una rara gripe porcina ataca a México y el régimen Talibán se retira de distrito paquistaní (pronto una cobertura de este tema).

La poesía de Hafez ocupa un lugar especial en la creación literaria. Sus versos están llenos de destellos y de movimiento que atrapan; ostentan un dominio técnico, una brillantez de imágenes y una melodía, productos de un creador inspirado, inteligente y lúdico.

Poco se sabe de la vida de Hafez, seudónimo que significa “el que sabe de memoria el Corán”, y al que también se llamó “lengua del imperceptible” e “intérprete de los secretos”. Contando con pocos haberes, empezó por trabajar en una panadería, y pronto su deseo de saber lo llevó a las escuelas más famosas de su ciudad natal, donde adquirió conocimientos de las ciencias musulmanas enseñadas por entonces. Fue también un experto en caligrafía y, al parecer, para su sustento, transcribía poemas de otros, lo que no le impidió desarrollar y perfeccionar su genio.

Apreciemos un legado de hace más de 800 años, referencia de la poesía persa.

Una gota de rocío

Lleno está el pecho de dolor, por un ungüento, ¡qué daría!
El corazón de soledad agoniza, ¡por un íntimo amigo, qué daría!

¿Quién tiene ojos de paz con un cielo galopante?
¡Oh escanciadora, dame la copa que me apacigüe un instante!

Dije a un vidente: observa este estado. Se rió y dijo:
Difícil día, sorprendente tarea, mundo agitado.

En el pozo de paciencia ardí por aquella hermosa.
Decid: ¿dónde hay un Rostám?, el rey de los turcos nos abandona.

Paz y seguridad, en el juego amoroso, son una plaga.
Herido sea el corazón cuyo dolor un ungüento reclama.

Para deseo y presunción no hay vía en el reino de los bohemios.
Es caminante aquel que prende fuego, no anodino inexperto.

En este mundo terrenal, un hombre no se alcanza.
Hay que crear de nuevo al hombre, hay que crear otro universo.

Levántate y tu amor entrega al turco de Samarcanda,
cuya brisa huele a los jardines de Bujara.

Ante el tesoro del amor, el llanto de Hafez, ¿qué valor ha adquirido,
si en esta tempestad de siete mares es una gota de rocío?

Más poesía de Hafez en:
http://www.hafizonlove.com/

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