martes, 5 de enero de 2010

Casi tocar el cielo


En la zona de la playa de Jumeirah, en Dubai, se alza el edificio más alto del mundo -el Burj Dubai, (burj es torre en árabe). En el edificio también se ubican la plataforma panorámica y el restaurante más altos del mundo

En total, la torre tiene más de 200 pisos, 165 de los cuales son habitables. Más que un edificio, sus promotores aseguran que se trata de “una ciudad vertical”. Además de un hotel y varias plantas de oficinas con las mejores vistas del país, hay 30 pisos de instalaciones con depósitos de agua y zonas de mantenimiento, cuatro dedicados a gimnasios a partir de la planta 123, la 143 es una discoteca y la 122, un restaurante, obviamente panorámico.

Para construirla fueron necesarios 330.000 metros cúbicos de concreto y 103.000 metros cuadrados de vidrio. La torre fue construida bajo el principio de un trípode: “No es fácil derribar un trípode. Además, hay una serie de principios fundamentales como la calidad del concreto, el orden de las placas de concreto, y otros.”, señal uno de los ingenieros.

Otra particularidad, es que se ponía a fraguar el concreto durante las noches, debido al extremo calor que impera en el país árabe. “La temperatura normal en Dubai oscila los 45 grados durante el día. Rara vez llega a los 46 grados, pero de todos modos es demasiado. El concreto no fragua a temperaturas mayores de 35 grados”, señala el coordinador de la construcción de la Burj Dubai.



El emir Sheik Mohammed bin Rashid al-Maktoum lo tenía claro: quería un icono para Dubai. Ciertamente, no sólo la altura del nuevo rascacielos es espectacular, también el momento de su inauguración –tras el crash bursátil vivido allí el pasado noviembre– lo ha convertido en el símbolo de una ambición.



El Burj Dubai es de los pocos rascacielos diseñados para un uso fundamentalmente residencial. De sus 160 plantas habitables, 108 son apartamentos. Y todos están vendidos. La ocupación total contrasta no sólo con el secretismo sobre la identidad de los propietarios, sino con la misma crisis financiera que en los últimos tiempos viene azotando al emirato.



Con información de El País y Deutsche Welle