Esta vez comparto una película muy cercana a los conflictos que vive la mujer en Afganistán.
Osama es el primer largometraje de Siddiq Barmak, un drama sobre una niña de doce años que a la llegada del régimen Talibán a Kabul, ella y su madre pierden su derecho a trabajar y la posibilidad de salir solas a la calle, porque no tienen a ningún varón en la familia que vele por ellas. La madre y la abuela de la niña deciden “disfrazarla” de chico, pese a la angustia de la joven si descubren la verdad.
Cuando ella es llevada a la madrasa –escuela religiosa donde niños y jóvenes reciben adiestramiento militar de los talibanes – la joven recibe ayuda de Espandi, quien sabe quién es realmente y que le da un nombre: Osama.
Osama fue la primera película que se rodó en Afganistán desde 1996, cuando el régimen talibán prohibió la creación de todas las películas (en esta idea del fundamentalismo islamico de oponerse a la modernidad u Occidente). El director afirma: “El pueblo afgano tiene muchas cosas que decir al mundo y en él hay muchos cineastas de talento. Para hacer realidad nuestros sueños de rodar tenemos una fuerte base cultural y literaria, pero necesitamos ayuda internacional y ya se están dando los primeros pasos para el desarrollo del cine afgano: soy muy optimista respecto a su futuro”.
OSAMA
(Dir. Siddiq Barmak, Afganistán, 2003, 83 min.)
sábado, 9 de mayo de 2009
viernes, 8 de mayo de 2009
El Fundamentalismo Islámico
Segunda y última parte
El Corán también enseña que lo más
importante no es lo que el hombre
diga de su fe, sino lo que esa fe le hace
realizar.
Ibn Arabi (1165-1241)
El Islam es una de las grandes religiones del mundo. El Islam ha dado consuelo y paz espiritual a millones de hombres y mujeres. Ha dado dignidad y sentido a vidas ordinarias y empobrecidas. Según Bernard Lewis esta religión le ha enseñado a gente de razas diferentes a vivir fraternalmente y a gente de credos distintos a vivir junta con suficiente tolerancia .
El Islam fue el origen de una gran civilización en la que otros, además de los musulmanes, desempeñaron vidas creativas y útiles, y que, por sus logros, enriqueció al resto del mundo. Pero el Islam, como otras religiones, también ha pasado por periodos en los que ha suscitado en algunos de sus seguidores una actitud de odio y violencia.
El Islam es un credo en profundo desacuerdo con los de judíos y cristianos. Reclama la misma historia y lugares sagrados. Mahoma fue elegido profeta “para traer un mensaje divino a la humanidad sobre la existencia de Dios único y todopoderoso, la advertencia de un inminente juicio final y el castigo y el aliento para llevar una vida virtuosa” . Hacia el año 630 d. C. Mahoma llegó a convertirse en el líder social, religioso y político de la comunidad musulmana. Con el título de califa, los lideres musulmanes posteriores a Mahoma se conjugaron los roles de profeta y de rey.
Los islámicos se dividen en tres grandes vertientes: los sunnitas, los chiítas y los sufíes, cuyas creencias devienen de las dinastías fundadas por parientes del profeta Mahoma, quien otorgó diferentes derechos a sus yernos y esta es la causa de las diferencias y conflictos que hoy encarnan estas sectas.
Los rasgos que definen al fundamentalismo islámico son:
- La falta de una división clara entre los poderes espiritual y político, no hay división entre Iglesia y Estado.
- La centralidad de la ley. Las revelaciones del Profeta, codificadas en el Corán y en los hadices, colecciones de historias relacionadas con Mahoma, conjugan tanto a la fe como a la moral; son al mismo tiempo doctrina y fe.
El creciente odio de los estados Islámicos hacia occidente y en especial a Estados Unidos se debe a:
Injerencia en la política de Medio Oriente
Apoyo constante al Estado de Israel
Estados Unidos, como portador de la modernidad
importante no es lo que el hombre
diga de su fe, sino lo que esa fe le hace
realizar.
Ibn Arabi (1165-1241)
El Islam es una de las grandes religiones del mundo. El Islam ha dado consuelo y paz espiritual a millones de hombres y mujeres. Ha dado dignidad y sentido a vidas ordinarias y empobrecidas. Según Bernard Lewis esta religión le ha enseñado a gente de razas diferentes a vivir fraternalmente y a gente de credos distintos a vivir junta con suficiente tolerancia .
El Islam fue el origen de una gran civilización en la que otros, además de los musulmanes, desempeñaron vidas creativas y útiles, y que, por sus logros, enriqueció al resto del mundo. Pero el Islam, como otras religiones, también ha pasado por periodos en los que ha suscitado en algunos de sus seguidores una actitud de odio y violencia.
El Islam es un credo en profundo desacuerdo con los de judíos y cristianos. Reclama la misma historia y lugares sagrados. Mahoma fue elegido profeta “para traer un mensaje divino a la humanidad sobre la existencia de Dios único y todopoderoso, la advertencia de un inminente juicio final y el castigo y el aliento para llevar una vida virtuosa” . Hacia el año 630 d. C. Mahoma llegó a convertirse en el líder social, religioso y político de la comunidad musulmana. Con el título de califa, los lideres musulmanes posteriores a Mahoma se conjugaron los roles de profeta y de rey.
Los islámicos se dividen en tres grandes vertientes: los sunnitas, los chiítas y los sufíes, cuyas creencias devienen de las dinastías fundadas por parientes del profeta Mahoma, quien otorgó diferentes derechos a sus yernos y esta es la causa de las diferencias y conflictos que hoy encarnan estas sectas.
Los rasgos que definen al fundamentalismo islámico son:
- La falta de una división clara entre los poderes espiritual y político, no hay división entre Iglesia y Estado.
- La centralidad de la ley. Las revelaciones del Profeta, codificadas en el Corán y en los hadices, colecciones de historias relacionadas con Mahoma, conjugan tanto a la fe como a la moral; son al mismo tiempo doctrina y fe.
El creciente odio de los estados Islámicos hacia occidente y en especial a Estados Unidos se debe a:
Injerencia en la política de Medio Oriente
Apoyo constante al Estado de Israel
Estados Unidos, como portador de la modernidad
A veces el odio sobrepasa la hostilidad y se concentra en intereses específicos, en acciones o políticas e incluso en países, se convierte en un rechazo a la civilización occidental; no sólo lo que ésta hace sino de lo que es y de los principios y valores que practica y profesa. Los fundamentalistas lo perciben como un mal innato y a quienes lo promueven o aceptan se les ve como “enemigos de Dios”.
El ejemplo iraní
El ejemplo iraní
Combatid a aquello que no creen en Alá y su Mensajero, ni siguen la Religión de la Verdad {el Islam] hasta que paguen el tributo humillados y estén subyugados (9:29); matadlos [a los no musulmanes] hasta que no haya más salvación y sea la Ley [sobre la Tierra] toda entera de Alá (8:40).
Oráculo tomado de El Corán, libro sagrado de los musulmanes
La republica islámica de Irán se convirtió en un modelo para los fundamentalistas de otros lugares y la génesis de su revolución muestra con crudeza las tensiones sociales que alientan respuestas rigoristas. En Irán existe una poderosa institución religiosa, donde no hay división entre el poder político y espiritual. Gobernantes como Reza Kan y su hijo, arrebataron el poder a las instituciones religiosas queriendo eliminar la ideología vinculante del país y sustituirla por un movimiento nacionalista laico. Pero eso no logró el desarrollo democrático del Estado iraní
Ante los intentos del sha por crear un Estado moderno con una burocracia, los fundamentalistas respondieron constituyendo una red nacional de grupos contestatarios. A partir de esa base se crean los fundamentalistas, que pasaron a la esfera pública promoviendo los preceptos musulmanes y convenciendo a la gente de alejarse de los tribunales laicos. El núcleo de su critica al sha era el “veneno occidental” que este trataba de inyectar a la sociedad musulmana.
Varias tendencias sociales, irreversibles -la urbanización, la centralización política, la incorporación a mercados más amplios, la migración - sacaron a la gente de su antiguo mundo y debilitaron el paternalismo de los vínculos sociales locales que mantenían a la religión. El sha aumentó la represión contra los fundamentalistas. Lo que la sociedad quería era una solución a sus problemas. Sus líderes tradicionales, los ayatolas (Jomeini y su proyecto de Estado islámico), les proporcionaron esa solución y lo hicieron reconstruyendo el pasado (tomando conceptos del Corán y aplicándolos a su realidad).
Los occidentales fijan su atención hacia Medio Oriente, cuando los fundamentalistas islámicos pusieron en peligro los intereses occidentales como el petróleo. La riqueza petrolífera de Irán prometía una prosperidad material y se la proporcionó pero a costa de socavar sectores considerables de la economía. El crudo, lejos de liberar Irán, aumento su dependencia respecto a Occidente. El fundamentalismo islámico es una respuesta a la modernización de su sociedad y a la influencia occidental.
En la actualidad, Irán se sustenta en el antisemitismo y en la negación del Holocausto (como lo afirma Mahmud Ahmadineyad, presidente del Irán), un régimen islamista y nuclear como el iraní implica el mayor desafió en la historia de Israel y del mundo entero.
Oráculo tomado de El Corán, libro sagrado de los musulmanes
La republica islámica de Irán se convirtió en un modelo para los fundamentalistas de otros lugares y la génesis de su revolución muestra con crudeza las tensiones sociales que alientan respuestas rigoristas. En Irán existe una poderosa institución religiosa, donde no hay división entre el poder político y espiritual. Gobernantes como Reza Kan y su hijo, arrebataron el poder a las instituciones religiosas queriendo eliminar la ideología vinculante del país y sustituirla por un movimiento nacionalista laico. Pero eso no logró el desarrollo democrático del Estado iraní
Ante los intentos del sha por crear un Estado moderno con una burocracia, los fundamentalistas respondieron constituyendo una red nacional de grupos contestatarios. A partir de esa base se crean los fundamentalistas, que pasaron a la esfera pública promoviendo los preceptos musulmanes y convenciendo a la gente de alejarse de los tribunales laicos. El núcleo de su critica al sha era el “veneno occidental” que este trataba de inyectar a la sociedad musulmana.
Varias tendencias sociales, irreversibles -la urbanización, la centralización política, la incorporación a mercados más amplios, la migración - sacaron a la gente de su antiguo mundo y debilitaron el paternalismo de los vínculos sociales locales que mantenían a la religión. El sha aumentó la represión contra los fundamentalistas. Lo que la sociedad quería era una solución a sus problemas. Sus líderes tradicionales, los ayatolas (Jomeini y su proyecto de Estado islámico), les proporcionaron esa solución y lo hicieron reconstruyendo el pasado (tomando conceptos del Corán y aplicándolos a su realidad).
Los occidentales fijan su atención hacia Medio Oriente, cuando los fundamentalistas islámicos pusieron en peligro los intereses occidentales como el petróleo. La riqueza petrolífera de Irán prometía una prosperidad material y se la proporcionó pero a costa de socavar sectores considerables de la economía. El crudo, lejos de liberar Irán, aumento su dependencia respecto a Occidente. El fundamentalismo islámico es una respuesta a la modernización de su sociedad y a la influencia occidental.
En la actualidad, Irán se sustenta en el antisemitismo y en la negación del Holocausto (como lo afirma Mahmud Ahmadineyad, presidente del Irán), un régimen islamista y nuclear como el iraní implica el mayor desafió en la historia de Israel y del mundo entero.
jueves, 7 de mayo de 2009
Apuntes sobre Fundamentalismo
Después del 11-S el término fundamentalismo religioso empezó a ser popular sin tener claros sus orígenes, lo que creó una idea tergiversada. Por ello, en las siguientes publicaciones se abordaran las causas y consecuencias de estas corrientes ideológicas y las actitudes que provocan en los individuos en torno a la democracia, la violencia y la intolerancia.
La Naturaleza de la Bestia
La religión es el opio del pueblo, afirmó Marx, y ésta tiene el potencial para sacudir el orden establecido. Según Steve Bruce en su libro "Fundamentalismo" este es una respuesta racional de los pueblos tradicionalmente religiosos a los cambios sociales, políticos y económicos que reducen el papel de la religión en la vida pública, y que, a pesar de su importancia como síntoma de estos cambios, no presenta un desafió serio o una alternativa sostenible a la democracia liberal y secular de la mayoría de las sociedades occidentales.
El termino Fundamentalismo apareció en Estados Unidos durante los años veinte con la publicación de una serie de panfletos titulados “Los Fundamentos de la fe”. En ellos, protestantes evangélicos y conservadores reafirmaban lo que consideraban el núcleo de la verdad protestante frente al espíritu liberal y tolerante de la época.
A finales del siglo XX, este término comenzó a utilizarse para aludir a grupos que se tomaban muy en serio a su religión, que defendían una determinada forma de vida o que esperaban que los políticos reflejaran sus creencias religiosas.
Todas las tradiciones religiosas pueden generar que las personas defiendan sus objetivos de inspiración religiosa por encima de las normas sociales. Los fundamentalistas justifican sus acciones con argumentos religiosos, en una constante labor de reconstrucción y reorientación de una tradición para alcanzar ciertos fines. Sin embargo, no toda violencia es fundamentalista ni todos los fundamentalistas son violentos.
La Naturaleza de la Bestia
La religión es el opio del pueblo, afirmó Marx, y ésta tiene el potencial para sacudir el orden establecido. Según Steve Bruce en su libro "Fundamentalismo" este es una respuesta racional de los pueblos tradicionalmente religiosos a los cambios sociales, políticos y económicos que reducen el papel de la religión en la vida pública, y que, a pesar de su importancia como síntoma de estos cambios, no presenta un desafió serio o una alternativa sostenible a la democracia liberal y secular de la mayoría de las sociedades occidentales.
El termino Fundamentalismo apareció en Estados Unidos durante los años veinte con la publicación de una serie de panfletos titulados “Los Fundamentos de la fe”. En ellos, protestantes evangélicos y conservadores reafirmaban lo que consideraban el núcleo de la verdad protestante frente al espíritu liberal y tolerante de la época.
A finales del siglo XX, este término comenzó a utilizarse para aludir a grupos que se tomaban muy en serio a su religión, que defendían una determinada forma de vida o que esperaban que los políticos reflejaran sus creencias religiosas.
Todas las tradiciones religiosas pueden generar que las personas defiendan sus objetivos de inspiración religiosa por encima de las normas sociales. Los fundamentalistas justifican sus acciones con argumentos religiosos, en una constante labor de reconstrucción y reorientación de una tradición para alcanzar ciertos fines. Sin embargo, no toda violencia es fundamentalista ni todos los fundamentalistas son violentos.
La modernidad, el Gran Satán
Los fundamentalistas creen que el mundo se ha transformado para poner en peligro su capacidad de mantener su tradición, costumbres y valores religiosos. La modernidad supone una aceleración en los cambios. En la sociedad actual, con la proliferación de nuevos roles y el aumento de la movilidad, las concepciones comunitarias tradicionales sobre la moral y el orden sobrenatural comenzaron a resquebrajarse. Al irse diferenciando las clases, cada una de ellas fue generando visiones religiosas en consonancia con sus intereses.
La vinculación entre la modernidad y el fundamentalismo subyace en el fundamentalismo de Estados Unidos, que supone una reacción directa a cambios inmediatos y locales. La modernización crea las condiciones para el fundamentalismo islámico de dos maneras: algunos de los procesos sociales que han alterado la naturaleza y el rol de la religión en Occidente también han afectado a los países musulmanes. Asimismo, la modernización se ha abierto paso a la fuerza en dichos países desde el exterior. El fundamentalismo islámico constituye una respuesta tanto a la modernización de sus propias sociedades como a la influencia occidental.
Continuara...
La vinculación entre la modernidad y el fundamentalismo subyace en el fundamentalismo de Estados Unidos, que supone una reacción directa a cambios inmediatos y locales. La modernización crea las condiciones para el fundamentalismo islámico de dos maneras: algunos de los procesos sociales que han alterado la naturaleza y el rol de la religión en Occidente también han afectado a los países musulmanes. Asimismo, la modernización se ha abierto paso a la fuerza en dichos países desde el exterior. El fundamentalismo islámico constituye una respuesta tanto a la modernización de sus propias sociedades como a la influencia occidental.
Continuara...
miércoles, 6 de mayo de 2009
La fusión de dos culturas
Ahora les comparto una canción que me eriza la piel al escucharla: “Gafsa”. Este tema es interpretado por la cantante belga de origen egipcio, Natacha Atlas, cuyas canciones en árabe, francés e inglés se caracterizan por una fusión de música tradicional árabe, hip-hop, trip-hop y reggae.
“Gafsa” fue el tema principal de la película “El espíritu de la pasión” (3 Iron) del cineasta coreano Kim Ki-Duk. En ella, Tae-suk, un indigente, lleva una vida espectral y ocupa temporalmente viviendas cuyos habitantes sabe que están ausentes. Nunca roba ni ocasiona daños en los hogares. Duerme en camas ajenas y retribuye su hospitalidad arreglando alguna avería domestica. Sunhwa, que tiempo atrás fue modelo, vive bajo la sombra de su esposo quien la maltrata y encierra en una ostentosa casa. Sunhwa y Tae-suk se conocen y como si estuvieran unidos por vínculos invisibles descubre que no pueden separarse.
Acá la ficha técnica
(Dir. Kim Ki-Duk, Corea del Sur, 2004, 95 min.)
El espacio de Natacha Atlas
http://www.myspace.com/natachaatlas
Y acá la fusión
“Gafsa” fue el tema principal de la película “El espíritu de la pasión” (3 Iron) del cineasta coreano Kim Ki-Duk. En ella, Tae-suk, un indigente, lleva una vida espectral y ocupa temporalmente viviendas cuyos habitantes sabe que están ausentes. Nunca roba ni ocasiona daños en los hogares. Duerme en camas ajenas y retribuye su hospitalidad arreglando alguna avería domestica. Sunhwa, que tiempo atrás fue modelo, vive bajo la sombra de su esposo quien la maltrata y encierra en una ostentosa casa. Sunhwa y Tae-suk se conocen y como si estuvieran unidos por vínculos invisibles descubre que no pueden separarse.
Acá la ficha técnica
(Dir. Kim Ki-Duk, Corea del Sur, 2004, 95 min.)
El espacio de Natacha Atlas
http://www.myspace.com/natachaatlas
Y acá la fusión
martes, 5 de mayo de 2009
La forma de hacer buen periodismo
Siempre me ha gustado el estilo de El País y esta vez rifaron con el siguiente reportaje. Es así como se hace buen periodismo. Chequen
El estigma de Blanca Esther
PABLO ORDAZ
La maestra Blanca Esther tenía 38 años, un hijo de cinco, una niña de tres y un embarazo que ya iba por el séptimo mes cuando empezó a sentirse mal. Fue al hospital de Tlaxcala y la ingresaron. Dos semanas después, y en vista de que su estado se iba complicando, los doctores decidieron provocarle el parto. El pasado lunes 27 de abril, Blanca Esther tuvo una niña y cumplió 39 años. Los caprichos del azar quisieron que madre e hija compartieran la misma fecha de nacimiento. Y nada más. Dos días después, sin tiempo apenas para acariciar a su hija, la maestra murió.
Según el acta de defunción que firmó su esposo, Blanca Esther falleció por "neumonía de focos múltiples". Su familia veló su cuerpo durante dos largas noches en el salón de su casa llena de gente y luego le dio sepultura. Nada más regresar del camposanto, sonó el teléfono. La voz de una vecina trajo la noticia: "José Pedro, dicen en el barrio que tu mujer murió de la influenza".
A la casa de Blanca Esther -en la población de San Buenaventura, municipio de Papalotla, estado de Tlaxcala- se llega por un paseo de cipreses oscuros como una premonición. Una muchacha que vende dulces y refrescos indica con una sonrisa: "Es allí, donde el moño negro. No hay pérdida". La puerta de hierro está cerrada. Las ventanas también. Al cabo de unos segundos, se asoma una mujer de unos 60 años. Lanza al forastero dos preguntas que suenan a enfado, a reproche y amenaza.
- ¿Quién es usted? ¡No será usted del Gobierno...!
-No, señora.
Dentro, aún siguen frescas las flores que rodean el hueco donde estuvo el ataúd. Y los hachones que alumbraron los restos de Blanca Esther continúan encendidos. Los niños de la maestra juegan al escondite y se acercan sonrientes a mirar quién es el desconocido. Su abuela, más tranquila, les pide que saluden con un beso y ellos lo hacen obedientes. "Discúlpeme usted el recibimiento", dice la señora Carmen, "mi hijo todavía está en el hospital". José Pedro pasa varias horas todos los días junto a la incubadora de una hija que al nacer sólo pesó un kilo y 200 gramos. Luego regresa a la casa con un enfado de mil demonios y la emprende contra el Gobierno por decir que su mujer murió de influenza: "Los médicos siempre estuvieron pendientes de mi esposa. Todas las acciones que iban a tomar me las consultaban. Y nunca mencionaron la influenza. Yo no me creo que a mi mujer la matara el virus. Así que mejor será que el Gobierno se busque a otra familia para armar sus chistecitos...".
Después de aquella llamada en la que una vecina les informaba de los chismes que corrían por el pueblo, llegaron otras. No tan amables. Eran de vecinos que habían asistido al velatorio y que reprochaban a José Pedro y a la abuela Carmen por no haberles informado de que Blanca Esther había muerto por influenza. Temían haber contraído la enfermedad. "¡Pero si no lo sabíamos!", respondían ellos impotentes, "¡pero si no nos han dicho nada, pero si ella no murió de...!".
No mentían. Desde que la profesora murió, y eso ocurrió el miércoles pasado, hasta ahora, ninguna autoridad -ni del Gobierno estatal ni tampoco del federal- se ha dirigido a la familia para ofrecerle información o consuelo. "Sólo vino un médico del hospital de Tlaxcala", explica Carmen, "y nos dejó unas dosis de Tamiflu para que nos las fuéramos tomando por si acaso. Se lo agradecimos, aunque nosotros seguimos convencidos de que a ella no la mató el virus".
Tan convencidos están que las ocho personas que siguen viviendo en la casa, entre ellos los niños de Blanca Esther y una hermana de José Pedro embarazada de cuatro meses, van y vienen sin mascarillas, sin miedo y casi sin... pena. Porque ni el miedo ni la pena son capaces de abrirse paso entre la indignación que los embarga a todos. La abuela Carmen está convencida de que el brote de influenza es un invento del Gobierno quién sabe para qué: "Hace años se inventaron lo del Chupacabras y ahora se les ocurre esto para tenernos entretenidos. Porque, mire usted: si fuese verdad que mi nuera hubiese muerto de influenza, ¿cómo no han venido a curarnos a nosotros, cómo no han cerrado la calle, cómo dejan que su marido -que la bañó, la besó, la acarició durante sus últimos días- vaya y venga por ahí, sin mascarilla, cómo dejan que él acune a su bebé durante horas...?".
Tal vez hubiese bastado una explicación. Que alguien del Gobierno le hubiese contado a la familia de Blanca Esther que, tras su fallecimiento, unas muestras de sus restos se mandaron a analizar y que el resultado fue positivo al virus de la influenza. De la misma forma que ocurrió con otros casos. De hecho, el Gobierno elevó ayer la cifra de fallecidos hasta los 26. Eso no quiere decir que hayan muerto en las últimas horas sino que es ahora cuando se van conociendo los resultados de los análisis. Pero para que la familia de Blanca Esther crea eso también se necesita una explicación convincente y a tiempo. Unas palabras de aliento. Un bastón para ayudar a reemprender un camino tan difícil. Que el lugar de la pena no lo tenga que usurpar la indignación...
Desde la ventana se ve la calle desierta. Carmen y su hijo José Pedro sienten el vacío de la gente, los saludos que antes eran cariñosos y que ahora son apresurados y distantes. Desconfían de cualquiera que se acerque a ellos con una mascarilla puesta. Hasta tal punto que lo consideran una ofensa. En un momento de la conversación, la señora le confía al reportero: "Si usted hubiese venido con la cara tapada, no lo habría dejado entrar".
"No estamos infectados"
Los que viven en esta casa sufren en sus carnes el miedo de la gente. El peso del estigma. "¿Qué va a pasar ahora?", se pregunta una y otra vez la abuela sin esperar respuesta, "¿qué le van a decir los otros niños -con lo crueles que son a veces los críos- a mis nietos cuando regresen al colegio? ¿Por qué el Gobierno no les dice a las otras madres que no estamos infectados, que no somos peligrosos, que no nos hagan el vacío? Mi hijo José Pedro es chófer, pero está en paro. ¿Quién se va a atrever a contratarlo?".
A los dos hijos de Blanca Esther ya les han dicho que su madre se fue al cielo, que se la llevó Dios. Algunas noches, el mayor, de cinco años, se subleva contra los caprichos del maldito azar: "Diosito, ¿por qué te llevaste a mi mamita? Regrésamela. Llévate a otra...". Y es entonces y a esas horas -el olor rancio de las flores, las velas que se apagan- cuando la pena se abre paso y encuentra su lugar en la casa donde vivió la maestra Blanca Esther. Al final del paseo de los cipreses. No tiene pérdida.
El estigma de Blanca Esther
PABLO ORDAZ
La maestra Blanca Esther tenía 38 años, un hijo de cinco, una niña de tres y un embarazo que ya iba por el séptimo mes cuando empezó a sentirse mal. Fue al hospital de Tlaxcala y la ingresaron. Dos semanas después, y en vista de que su estado se iba complicando, los doctores decidieron provocarle el parto. El pasado lunes 27 de abril, Blanca Esther tuvo una niña y cumplió 39 años. Los caprichos del azar quisieron que madre e hija compartieran la misma fecha de nacimiento. Y nada más. Dos días después, sin tiempo apenas para acariciar a su hija, la maestra murió.
Según el acta de defunción que firmó su esposo, Blanca Esther falleció por "neumonía de focos múltiples". Su familia veló su cuerpo durante dos largas noches en el salón de su casa llena de gente y luego le dio sepultura. Nada más regresar del camposanto, sonó el teléfono. La voz de una vecina trajo la noticia: "José Pedro, dicen en el barrio que tu mujer murió de la influenza".
A la casa de Blanca Esther -en la población de San Buenaventura, municipio de Papalotla, estado de Tlaxcala- se llega por un paseo de cipreses oscuros como una premonición. Una muchacha que vende dulces y refrescos indica con una sonrisa: "Es allí, donde el moño negro. No hay pérdida". La puerta de hierro está cerrada. Las ventanas también. Al cabo de unos segundos, se asoma una mujer de unos 60 años. Lanza al forastero dos preguntas que suenan a enfado, a reproche y amenaza.
- ¿Quién es usted? ¡No será usted del Gobierno...!
-No, señora.
Dentro, aún siguen frescas las flores que rodean el hueco donde estuvo el ataúd. Y los hachones que alumbraron los restos de Blanca Esther continúan encendidos. Los niños de la maestra juegan al escondite y se acercan sonrientes a mirar quién es el desconocido. Su abuela, más tranquila, les pide que saluden con un beso y ellos lo hacen obedientes. "Discúlpeme usted el recibimiento", dice la señora Carmen, "mi hijo todavía está en el hospital". José Pedro pasa varias horas todos los días junto a la incubadora de una hija que al nacer sólo pesó un kilo y 200 gramos. Luego regresa a la casa con un enfado de mil demonios y la emprende contra el Gobierno por decir que su mujer murió de influenza: "Los médicos siempre estuvieron pendientes de mi esposa. Todas las acciones que iban a tomar me las consultaban. Y nunca mencionaron la influenza. Yo no me creo que a mi mujer la matara el virus. Así que mejor será que el Gobierno se busque a otra familia para armar sus chistecitos...".
Después de aquella llamada en la que una vecina les informaba de los chismes que corrían por el pueblo, llegaron otras. No tan amables. Eran de vecinos que habían asistido al velatorio y que reprochaban a José Pedro y a la abuela Carmen por no haberles informado de que Blanca Esther había muerto por influenza. Temían haber contraído la enfermedad. "¡Pero si no lo sabíamos!", respondían ellos impotentes, "¡pero si no nos han dicho nada, pero si ella no murió de...!".
No mentían. Desde que la profesora murió, y eso ocurrió el miércoles pasado, hasta ahora, ninguna autoridad -ni del Gobierno estatal ni tampoco del federal- se ha dirigido a la familia para ofrecerle información o consuelo. "Sólo vino un médico del hospital de Tlaxcala", explica Carmen, "y nos dejó unas dosis de Tamiflu para que nos las fuéramos tomando por si acaso. Se lo agradecimos, aunque nosotros seguimos convencidos de que a ella no la mató el virus".
Tan convencidos están que las ocho personas que siguen viviendo en la casa, entre ellos los niños de Blanca Esther y una hermana de José Pedro embarazada de cuatro meses, van y vienen sin mascarillas, sin miedo y casi sin... pena. Porque ni el miedo ni la pena son capaces de abrirse paso entre la indignación que los embarga a todos. La abuela Carmen está convencida de que el brote de influenza es un invento del Gobierno quién sabe para qué: "Hace años se inventaron lo del Chupacabras y ahora se les ocurre esto para tenernos entretenidos. Porque, mire usted: si fuese verdad que mi nuera hubiese muerto de influenza, ¿cómo no han venido a curarnos a nosotros, cómo no han cerrado la calle, cómo dejan que su marido -que la bañó, la besó, la acarició durante sus últimos días- vaya y venga por ahí, sin mascarilla, cómo dejan que él acune a su bebé durante horas...?".
Tal vez hubiese bastado una explicación. Que alguien del Gobierno le hubiese contado a la familia de Blanca Esther que, tras su fallecimiento, unas muestras de sus restos se mandaron a analizar y que el resultado fue positivo al virus de la influenza. De la misma forma que ocurrió con otros casos. De hecho, el Gobierno elevó ayer la cifra de fallecidos hasta los 26. Eso no quiere decir que hayan muerto en las últimas horas sino que es ahora cuando se van conociendo los resultados de los análisis. Pero para que la familia de Blanca Esther crea eso también se necesita una explicación convincente y a tiempo. Unas palabras de aliento. Un bastón para ayudar a reemprender un camino tan difícil. Que el lugar de la pena no lo tenga que usurpar la indignación...
Desde la ventana se ve la calle desierta. Carmen y su hijo José Pedro sienten el vacío de la gente, los saludos que antes eran cariñosos y que ahora son apresurados y distantes. Desconfían de cualquiera que se acerque a ellos con una mascarilla puesta. Hasta tal punto que lo consideran una ofensa. En un momento de la conversación, la señora le confía al reportero: "Si usted hubiese venido con la cara tapada, no lo habría dejado entrar".
"No estamos infectados"
Los que viven en esta casa sufren en sus carnes el miedo de la gente. El peso del estigma. "¿Qué va a pasar ahora?", se pregunta una y otra vez la abuela sin esperar respuesta, "¿qué le van a decir los otros niños -con lo crueles que son a veces los críos- a mis nietos cuando regresen al colegio? ¿Por qué el Gobierno no les dice a las otras madres que no estamos infectados, que no somos peligrosos, que no nos hagan el vacío? Mi hijo José Pedro es chófer, pero está en paro. ¿Quién se va a atrever a contratarlo?".
A los dos hijos de Blanca Esther ya les han dicho que su madre se fue al cielo, que se la llevó Dios. Algunas noches, el mayor, de cinco años, se subleva contra los caprichos del maldito azar: "Diosito, ¿por qué te llevaste a mi mamita? Regrésamela. Llévate a otra...". Y es entonces y a esas horas -el olor rancio de las flores, las velas que se apagan- cuando la pena se abre paso y encuentra su lugar en la casa donde vivió la maestra Blanca Esther. Al final del paseo de los cipreses. No tiene pérdida.
lunes, 4 de mayo de 2009
"No es culpa de México"
De paso por la BBC me encontré esta nota relacionada con la editorial del diario estadounidense "The Washington Post" en donde asegura en su edición de este domingo, 3 de mayo, que los problemas que enfrenta México no se deben a su "relativamente buen gobierno democrático", sino a "fuerzas más allá de su control".
"No es culpa de México”
Carlos Chirinos Vásquez
BBC Mundo, Washington
Desde la violencia asociada al narcotráfico, los problemas económicos generados por la caída de los centros financieros mundiales y, por último, la llamada gripe porcina, han venido a complicarle el trabajo al presidente Felipe Calderón, según el diario.
"Muchos países se meten en problemas por sus propios errores, siendo los malos gobiernos la causa más común. Pero últimamente México se ha convertido en ejemplo de cómo una nación con un relativamente buen gobierno democrático puede precipitarse en crisis debido a fuerzas más allá de su control".
Tras ese argumento inicial, el editorial sugiere al presidente Barack Obama que apoye al "capaz, democrático y amigable gobierno mexicano", algo que hasta ahora no habría sucedido.
"Desafortunadamente el señor Calderón no ha recibido nunca todo el apoyo que necesita de EE.UU.", asegura The Washington Post, pese a que el nuevo gobierno estadounidense ha puesto a su vecino del sur entre las prioridades de su política exterior. Como demostración de esa nueva aproximación, el Departamento de Estado destaca que Calderón fue el primer mandatario extranjero con el que se reunió Obama días antes de asumir la presidencia, y que, ya como presidente, México fue su primer destino en América Latina, a mediados de abril.
Problemas de otros
El título de la nota es "Beleaguered México", que podría traducirse como "México atribulado" o "México asediado", lo que juega con la idea de que los problemas que aquejan al país son factores externos.
De esas atribulaciones The Washington Post destaca los recortes y las trabas burocráticas que ha puesto el congreso estadounidense al financiamiento de la Iniciativa Mérida, el plan para combatir el narcotráfico en México, América Central y el Caribe.
El congreso ha autorizado US$1.600 millones para el plan de 3 años, diseñado en los años finales del gobierno del presidente George W. Bush. La Casa Blanca solicitó unos US$550 millones adicionales para el 2009, pero sólo le ha sido otorgado poco más de la mitad, mientras que las asignaciones para el 2009 y 2010 se han visto postergadas.
El editorial también observa que la simpatía mostrada por el presidente Obama con su colega mexicano en su reciente viaje al Distrito Federal no se ha plasmado en políticas concretas.
En su lucha contra el narcotráfico, los mexicanos aspiran que EE.UU. controle el flujo ilegal de armas con las que se apertrechan las mafias. Según le dijo Calderón a Obama las fuerzas mexicanas han capturado más de 15.000 armas de asalto en 2008.
"Obama coincidió con el recuento del presidente Calderón (...) Pero no acordó buscar la aprobación del congreso para restaurar la prohibición del armas de asalto", lamenta el diario.
También cuestiona que no se hayan tomado acciones en cuanto a la reforma migratoria que permitiría la regularización de los cerca de 12 millones de personas que se estima que viven en EE.UU. sin permiso legal, la mayoría de ellos mexicanos.
Porcina mejor que aviar
Con relación a la gripe porcina, el editorialista alaba la acción de las autoridades mexicanas por "detectar el virus relativamente temprano, aportar información rápidamente a las autoridades internacionales de salud y por tomar las medidas para contener el brote".
En esta crisis México habría actuado mejor que China a principios de la década, que tuvo un "manejo torpe y secreto" de los casos de gripe aviar, estima la nota.
Pero eso no es sorpresa para The Washington Post que alaba lo que considera la manera "valiente" como Calderón ha venido afrontando los problemas del país, empezando por su lucha contra el tráfico de drogas. Por último, el editorial, al recomendar a la Casa Blanca mayor atención a los socios mexicanos, recuerda que en 2006 Calderón ganó las elecciones por estrecho margen "a un candidato izquierdista y populista apoyado por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez".
"La mayor ambición del presidente Chávez sigue siendo añadir México a su bloque anti-estadounidense" y por eso no apoyar irrestrictamente a México sería, según el diario, "no sólo miope, sino peligroso".
"No es culpa de México”
Carlos Chirinos Vásquez
BBC Mundo, Washington
Desde la violencia asociada al narcotráfico, los problemas económicos generados por la caída de los centros financieros mundiales y, por último, la llamada gripe porcina, han venido a complicarle el trabajo al presidente Felipe Calderón, según el diario.
"Muchos países se meten en problemas por sus propios errores, siendo los malos gobiernos la causa más común. Pero últimamente México se ha convertido en ejemplo de cómo una nación con un relativamente buen gobierno democrático puede precipitarse en crisis debido a fuerzas más allá de su control".
Tras ese argumento inicial, el editorial sugiere al presidente Barack Obama que apoye al "capaz, democrático y amigable gobierno mexicano", algo que hasta ahora no habría sucedido.
"Desafortunadamente el señor Calderón no ha recibido nunca todo el apoyo que necesita de EE.UU.", asegura The Washington Post, pese a que el nuevo gobierno estadounidense ha puesto a su vecino del sur entre las prioridades de su política exterior. Como demostración de esa nueva aproximación, el Departamento de Estado destaca que Calderón fue el primer mandatario extranjero con el que se reunió Obama días antes de asumir la presidencia, y que, ya como presidente, México fue su primer destino en América Latina, a mediados de abril.
Problemas de otros
El título de la nota es "Beleaguered México", que podría traducirse como "México atribulado" o "México asediado", lo que juega con la idea de que los problemas que aquejan al país son factores externos.
De esas atribulaciones The Washington Post destaca los recortes y las trabas burocráticas que ha puesto el congreso estadounidense al financiamiento de la Iniciativa Mérida, el plan para combatir el narcotráfico en México, América Central y el Caribe.
El congreso ha autorizado US$1.600 millones para el plan de 3 años, diseñado en los años finales del gobierno del presidente George W. Bush. La Casa Blanca solicitó unos US$550 millones adicionales para el 2009, pero sólo le ha sido otorgado poco más de la mitad, mientras que las asignaciones para el 2009 y 2010 se han visto postergadas.
El editorial también observa que la simpatía mostrada por el presidente Obama con su colega mexicano en su reciente viaje al Distrito Federal no se ha plasmado en políticas concretas.
En su lucha contra el narcotráfico, los mexicanos aspiran que EE.UU. controle el flujo ilegal de armas con las que se apertrechan las mafias. Según le dijo Calderón a Obama las fuerzas mexicanas han capturado más de 15.000 armas de asalto en 2008.
"Obama coincidió con el recuento del presidente Calderón (...) Pero no acordó buscar la aprobación del congreso para restaurar la prohibición del armas de asalto", lamenta el diario.
También cuestiona que no se hayan tomado acciones en cuanto a la reforma migratoria que permitiría la regularización de los cerca de 12 millones de personas que se estima que viven en EE.UU. sin permiso legal, la mayoría de ellos mexicanos.
Porcina mejor que aviar
Con relación a la gripe porcina, el editorialista alaba la acción de las autoridades mexicanas por "detectar el virus relativamente temprano, aportar información rápidamente a las autoridades internacionales de salud y por tomar las medidas para contener el brote".
En esta crisis México habría actuado mejor que China a principios de la década, que tuvo un "manejo torpe y secreto" de los casos de gripe aviar, estima la nota.
Pero eso no es sorpresa para The Washington Post que alaba lo que considera la manera "valiente" como Calderón ha venido afrontando los problemas del país, empezando por su lucha contra el tráfico de drogas. Por último, el editorial, al recomendar a la Casa Blanca mayor atención a los socios mexicanos, recuerda que en 2006 Calderón ganó las elecciones por estrecho margen "a un candidato izquierdista y populista apoyado por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez".
"La mayor ambición del presidente Chávez sigue siendo añadir México a su bloque anti-estadounidense" y por eso no apoyar irrestrictamente a México sería, según el diario, "no sólo miope, sino peligroso".
domingo, 3 de mayo de 2009
Inanna, diosa sumeria
Este es uno de los poemas de Enjeduana en donde se refleja la concepción de una fuerza femenina de hace 4 mil años.
El duelo de la bebida
¡Inanna se ciño la corona!
Quería hacer el mundo entero,
pastor a su redil,
tan radiante y hermoso,
tan perfecto y luminoso como ella.
Quería que todos mirasen a lo alto
y supiesen que ella era el lucero del atardecer.
Quería que el mundo entero se iluminara
con la luz pura de la estrella que brilla antes de la oscuridad nocturna
y antes de romper el alba.
Estaba feliz con sus pechos
y su vulva.
Era hermosa y se gustaba a sí misma.
Era joven y se deleitaba
con todo.
El cielo y la tierra no podían contener su goce.
Inanna dijo:
“Soy la reina del cielo.
Visitare a Enki.
Descenderé alas dulces aguas profundas
de Abzu, el río sagrado,
para honrar al gran Enki”.
Se dirigió sola al río,
donde el agua dulce se mezclaba con la sal.
Enki lo conoce todo
hasta los corazones de los dioses.
Lamó a su sirviente Isimud.
“Inanna viene a mi templo.
Dale pastel de mantequilla para que coma.
Sírvele agua fría para que se refresque.
Ofrécele cerveza frente a la estatua de león.
Invítala a mi mesa
y trátala como mi igual”.
Inanna fue recibida en el templo
y llegó Enki a brindar por ella.
Bebio cerveza con ella.
Bebieron y bebieron más y más.
Bebieron en las copas de Urash,
madre de la tierra.
Enki, dios de la sabiduria, brindo por Inanna.
“¡En nombre de mi poder,
en nombre de mi templo sagrado
te obsequió
el sacerdocio!
¡La corona!
¡El trono!
Inanna dijo: “Los acepto”.
Enki levantó nuevamente su copa ante Inanna.
“Te obsequio
el viaje y el hogar,
el cabello suelto y el cabello recogido,
vestiduras oscuras y claras”.
Inanna dijo: “Los acepto”.
Bebieron y bebieron hasta embriagarse.
Enki brindaba por Inanna y le ofrecía regalos.
“Te obsequio al arte de hacer el amor.
Te obsequió todas las palabras,
las honestas y las calumniosas,
las de elogio y las de adoración.
Te obsequió el arte del héroe,
el arte del poder,
el arte de la traición
y el de la honradez.
Te obsequió el júbilo y las lamentaciones.
Te obsequio los oficios,
el del carpintero y el de orfebre,
el del escriba y del herrero,
el de talabartero y el de tejedor,
el del albañil y el del cestero.
Te obsequió
el atizar el fuego,
el aplacar el fuego,
el atizar la lucha,
el aplacar la lucha”.
Inanna dijo: “Los acepto”
Hasta entonces sólo los dioses poseían los poderes de la civilización.
Se les llamaba
el sagrado me
La cerveza tornaba
a Enki generoso.
Y no pudo resistirse a la belleza de Inanna.
Aunque ebrio, Enki seguía alzando su copa.
Te obsequió el descenso al inframundo,
el descenso del inframundo.
Te obsequió la verdad.
Enki se tambaleaba bajo el peso de su propia generosidad.
El último regalo que dio a Inanna
fue el arte de tomar decisiones.
No había mayor regalo
que los poderes de la civilización .
Inanna, sin dudarlo,
se apropió se todo.
Y Enki cayó al suelo.
Inanna decidió volver navegando
con sus regalos en la barca del cielo.
Enjeduana, primera poeta sumeria de hace 4 mil años
"Tres poemas de Enjeduana", recopilación de los cantos dedicados a la diosa Inana, más antiguos que el Gilgamesch
Inana anhela el lecho sagrado / Anhela el lecho de corazón / Su cuerpo se estremece y anhela / Anhela el lecho del rey / Y el lecho de la reina. Tras 30 años de investigación, los cantos dedicados a la diosa sumeria Inana son recopilados en Tres Grandes poemas de Enjeduana, obra de la escritora Betty de Shong Meador y publicado por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
Meador enmarca la poesía de la primera mujer poeta, Enjeduana, analizando el trasfondo del sistema religioso, cultural y político de la antigua Mesopotamia. Explora el rol de Inana como arquetipo de lo femenino; diosa temeraria, fuerte, venerada y creativa. Las creadoras de “Tres Grandes poemas de Enjeduana” fueron presentadas por Fernando Macotela, director de la XXX Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM).
“Porque quien lee sobre la diosa Inana queda poseído por una fuerza destructiva. Ella influye con la misma fuerza de un Bocaccio”, expresó la feminista Francesca Gargallo. Presentado en el auditorio Sotero Prieto, la autora Shong Meador señaló que conoció a Inana a través de su sexualidad, su furia y poderío, mismo que significa una apertura hacia el interior.
Las leyendas de Inana provienen de sumeria, una tierra antigua bañada por los ríos Tigris y Éufrates en el actual Irak. Estos himnos fueron contados y cantados hace 4 mil años, antes de la Biblia y El Corán, de los mitos griegos y romanos, del Gilgamesch. El culto a Inana estuvo extendido por años. Enjeduana escribió docenas de himnos en su honor. Bajo la escritura cuneiforme, ella presionaba con un punzón sobre tablillas de barro húmedo que luego era cocido
Susana Wald, traductora de “Tres Grandes poemas de Enjeduana” al castellano dijo que la obra despierta una parte emocional en toda mujer, que ensalza la conexión con la parte interior y no pensante.
Ternura/Pasión. Historias de amor explicito en lo sexual, los cantos a Inana tienen la misma fuerza que hace 4 mil años pero se comprenden en un contexto distinto, donde existe el feminismo.
Meador enmarca la poesía de la primera mujer poeta, Enjeduana, analizando el trasfondo del sistema religioso, cultural y político de la antigua Mesopotamia. Explora el rol de Inana como arquetipo de lo femenino; diosa temeraria, fuerte, venerada y creativa. Las creadoras de “Tres Grandes poemas de Enjeduana” fueron presentadas por Fernando Macotela, director de la XXX Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM).
“Porque quien lee sobre la diosa Inana queda poseído por una fuerza destructiva. Ella influye con la misma fuerza de un Bocaccio”, expresó la feminista Francesca Gargallo. Presentado en el auditorio Sotero Prieto, la autora Shong Meador señaló que conoció a Inana a través de su sexualidad, su furia y poderío, mismo que significa una apertura hacia el interior.
Las leyendas de Inana provienen de sumeria, una tierra antigua bañada por los ríos Tigris y Éufrates en el actual Irak. Estos himnos fueron contados y cantados hace 4 mil años, antes de la Biblia y El Corán, de los mitos griegos y romanos, del Gilgamesch. El culto a Inana estuvo extendido por años. Enjeduana escribió docenas de himnos en su honor. Bajo la escritura cuneiforme, ella presionaba con un punzón sobre tablillas de barro húmedo que luego era cocido
Susana Wald, traductora de “Tres Grandes poemas de Enjeduana” al castellano dijo que la obra despierta una parte emocional en toda mujer, que ensalza la conexión con la parte interior y no pensante.
Ternura/Pasión. Historias de amor explicito en lo sexual, los cantos a Inana tienen la misma fuerza que hace 4 mil años pero se comprenden en un contexto distinto, donde existe el feminismo.
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