lunes, 1 de marzo de 2010

Manuel Espino y Guadalupe Loaeza protagonizan la comedia electoral


Por Abigail Crusher

- “Guadalupe Loaeza presenta su libro “La Comedia Electoral: diario de campaña de una niña ex bien”, en la XXXI FILPM

Manuel Espino celebró a Guadalupe Loaeza con un ramo de flores y muchos elogios. Le dijo que ojalá hubiera más personas como ella, “comprometidas con la ciudadanía”. Tras el fracaso electoral de la escritora, como candidata al PRD por la delegación Miguel Hidalgo, trauma que expresa en su libro más reciente “La Comedia Electoral: diario de campaña de una niña ex bien”, Guadalupe le respondió feliz, a Espino: “Ahora tengo un amigo más”.

Manuel Espino la conoció justo en estos momentos. Pero ya había quedado maravillado por la obra de la columnista del periódico Reforma. Aun cuando Loaeza se resistió a creer en la imagen negativa de su partido, el PRD. “Quizás los panistas no sean de su agrado” le dijo Espino, quien su libro “Volver a empezar” pretende rescatar la verdadera esencia de su partido (AN) que se ha inmiscuido en el extravío ideológico.

Espino fue el protagonista. Insistía en que se debe ciudadanizar y despolitizar a la sociedad, mientras reseñaba y le echaba muchas flores a la obra de Loaeza. Connotaciones: “Para mí es un privilegio tener está oportunidad para expresar mi reconocimiento a quien de forma valiente aceptó ser candidata por un partido de izquierda, a la que Carlos Fuentes refiere como una izquierda que va en descenso de sus fortalezas, dividida, presa de las discusiones internas”, señaló el ex presidente de Acción Nacional.

A Guadalupe la colocaron en un décimo (o pésimo) tercer lugar en aquellas elecciones, pero Espino la felicitaba por ser “una voz calificada para hablar por todos los mexicanos”, aunque Loaeza no supiera el significado de “Pymes”, aunque no tuviera vocación para la política, ni contará con la participación y el apoyo de sus amigas feministas y del pueblo en general, a quien seguramente veían como una pobre niña rica.

Le faltó amor y carácter de poder, profesionalización de la política, pues: “Me mandaron a la guerra sin fusil, a una delegación tradicionalmente panista, donde vive el presidente, donde están todos los hoteles”, expresó con un gesto de preocupación y desencanto, la niña ex bien, que cree en una izquierda responsable, moderna, propositiva, y no sólo rabiosa, demagógica o desmayada.

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