viernes, 8 de mayo de 2009

El Fundamentalismo Islámico


Segunda y última parte
El Corán también enseña que lo más
importante no es lo que el hombre
diga de su fe, sino lo que esa fe le hace
realizar.


Ibn Arabi (1165-1241)

El Islam es una de las grandes religiones del mundo. El Islam ha dado consuelo y paz espiritual a millones de hombres y mujeres. Ha dado dignidad y sentido a vidas ordinarias y empobrecidas. Según Bernard Lewis esta religión le ha enseñado a gente de razas diferentes a vivir fraternalmente y a gente de credos distintos a vivir junta con suficiente tolerancia .

El Islam fue el origen de una gran civilización en la que otros, además de los musulmanes, desempeñaron vidas creativas y útiles, y que, por sus logros, enriqueció al resto del mundo. Pero el Islam, como otras religiones, también ha pasado por periodos en los que ha suscitado en algunos de sus seguidores una actitud de odio y violencia.

El Islam es un credo en profundo desacuerdo con los de judíos y cristianos. Reclama la misma historia y lugares sagrados. Mahoma fue elegido profeta “para traer un mensaje divino a la humanidad sobre la existencia de Dios único y todopoderoso, la advertencia de un inminente juicio final y el castigo y el aliento para llevar una vida virtuosa” . Hacia el año 630 d. C. Mahoma llegó a convertirse en el líder social, religioso y político de la comunidad musulmana. Con el título de califa, los lideres musulmanes posteriores a Mahoma se conjugaron los roles de profeta y de rey.

Los islámicos se dividen en tres grandes vertientes: los sunnitas, los chiítas y los sufíes, cuyas creencias devienen de las dinastías fundadas por parientes del profeta Mahoma, quien otorgó diferentes derechos a sus yernos y esta es la causa de las diferencias y conflictos que hoy encarnan estas sectas.

Los rasgos que definen al fundamentalismo islámico son:
- La falta de una división clara entre los poderes espiritual y político, no hay división entre Iglesia y Estado.
- La centralidad de la ley. Las revelaciones del Profeta, codificadas en el Corán y en los hadices, colecciones de historias relacionadas con Mahoma, conjugan tanto a la fe como a la moral; son al mismo tiempo doctrina y fe.

El creciente odio de los estados Islámicos hacia occidente y en especial a Estados Unidos se debe a:
Injerencia en la política de Medio Oriente
Apoyo constante al Estado de Israel
Estados Unidos, como portador de la modernidad


A veces el odio sobrepasa la hostilidad y se concentra en intereses específicos, en acciones o políticas e incluso en países, se convierte en un rechazo a la civilización occidental; no sólo lo que ésta hace sino de lo que es y de los principios y valores que practica y profesa. Los fundamentalistas lo perciben como un mal innato y a quienes lo promueven o aceptan se les ve como “enemigos de Dios”.

El ejemplo iraní
Combatid a aquello que no creen en Alá y su Mensajero, ni siguen la Religión de la Verdad {el Islam] hasta que paguen el tributo humillados y estén subyugados (9:29); matadlos [a los no musulmanes] hasta que no haya más salvación y sea la Ley [sobre la Tierra] toda entera de Alá (8:40).
Oráculo tomado de El Corán, libro sagrado de los musulmanes

La republica islámica de Irán se convirtió en un modelo para los fundamentalistas de otros lugares y la génesis de su revolución muestra con crudeza las tensiones sociales que alientan respuestas rigoristas. En Irán existe una poderosa institución religiosa, donde no hay división entre el poder político y espiritual. Gobernantes como Reza Kan y su hijo, arrebataron el poder a las instituciones religiosas queriendo eliminar la ideología vinculante del país y sustituirla por un movimiento nacionalista laico. Pero eso no logró el desarrollo democrático del Estado iraní

Ante los intentos del sha por crear un Estado moderno con una burocracia, los fundamentalistas respondieron constituyendo una red nacional de grupos contestatarios. A partir de esa base se crean los fundamentalistas, que pasaron a la esfera pública promoviendo los preceptos musulmanes y convenciendo a la gente de alejarse de los tribunales laicos. El núcleo de su critica al sha era el “veneno occidental” que este trataba de inyectar a la sociedad musulmana.

Varias tendencias sociales, irreversibles -la urbanización, la centralización política, la incorporación a mercados más amplios, la migración - sacaron a la gente de su antiguo mundo y debilitaron el paternalismo de los vínculos sociales locales que mantenían a la religión. El sha aumentó la represión contra los fundamentalistas. Lo que la sociedad quería era una solución a sus problemas. Sus líderes tradicionales, los ayatolas (Jomeini y su proyecto de Estado islámico), les proporcionaron esa solución y lo hicieron reconstruyendo el pasado (tomando conceptos del Corán y aplicándolos a su realidad).

Los occidentales fijan su atención hacia Medio Oriente, cuando los fundamentalistas islámicos pusieron en peligro los intereses occidentales como el petróleo. La riqueza petrolífera de Irán prometía una prosperidad material y se la proporcionó pero a costa de socavar sectores considerables de la economía. El crudo, lejos de liberar Irán, aumento su dependencia respecto a Occidente. El fundamentalismo islámico es una respuesta a la modernización de su sociedad y a la influencia occidental.

En la actualidad, Irán se sustenta en el antisemitismo y en la negación del Holocausto (como lo afirma Mahmud Ahmadineyad, presidente del Irán), un régimen islamista y nuclear como el iraní implica el mayor desafió en la historia de Israel y del mundo entero.

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