miércoles, 21 de octubre de 2009

Hacia un posible acuerdo sobre el enriquecimiento de uranio iraní


Irán y las potencias occidentales podrían estar a un paso de resolver la tensión ante la sospecha de que el programa nuclear iraní está enfocado a la fabricación de armas atómicas. Después de tres días de arduas negociaciones entre las delegaciones de Irán, Estados Unidos, Rusia y Francia en Viena, el director del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Mohamed el Baradei, anunció que los representantes habían dado su visto bueno al texto, pero advirtió que la decisión final está en manos de Teherán y Washington, que tienen de plazo hasta el viernes para ratificarlo.

La iniciativa contempla que Teherán envíe cerca del 75% de sus reservas de uranio enriquecido al exterior, principalmente a Francia y Rusia, antes de fin de año, para convertirlo en combustible nuclear. De esa manera, occidente podría controlar este delicado proceso que, en sus etapas más avanzadas, puede generar combustible para “bombas” atómicas.

Pero la clave del acuerdo es el modo de hacer el traslado del uranio. El documento establece que Irán deberá enviar a Rusia los 1.200 kilogramos en una sola remesa antes de fin de año, lo que dejaría a Irán sin combustible suficiente para obtener la bomba durante un año, según los expertos del OIEA. Si, por el contrario, se efectúan diversos envíos, Irán tendría la capacidad para reemplazar el combustible nuclear tan pronto como éste abandonase el país.

Las sospechas occidentales de que el régimen iraní está desarrollando en secreto la bomba atómica están en la base de esta negociación, que representa la primera aproximación diplomática seria entre Estados Unidos e Irán después de 30 años de distanciamiento. La reunión, en la que también participan Francia y Rusia, supone también una prueba para la apuesta del presidente Barack Obama por un diálogo con los adversarios de Estados Unidos.

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