martes, 2 de junio de 2009

Ser musulmán después del 11-S (IV)


La expansión del Islam
(Cuarta y última parte)


La migración ha favorecido a la expansión de esta religión. En Europa hoy se encuentran 15 millones de musulmanes y 6 millones en Estados Unidos, mientras el mundo árabe tiene el 20 por ciento de practicantes según datos del Journal News de la televisora DW-WORLD.

Aunque son un grupo significativo en Europa, en la región se vive con el miedo a un ataque terrorista y se desconfía de los musulmanes residentes en la zona. Kadriye Aydin, una joven de origen turco, nacida en Alemania declaró a la televisión alemana Deutsche Welle que “ella misma es un producto de la cultura occidental pero también de la cultura oriental de sus padres. Pide tolerancia y respeto, porque son los principios de un islamismo europeo: un islamismo que no está en contradicción con la democracia y la modernidad, sino que se integra activamente en la vida social europea”.

Según la Agencia de Noticias Inter Press Service (IPS) muchos musulmanes radicados en Estados Unidos y Canadá han sido objeto de burlas, insultos y ataques, preocupados porque sus datos personales estén en manos de agentes de inteligencia o sus teléfonos sean interceptados. Tal es el caso de la periodista Fatima Najm que obtuvo la nacionalidad canadiense y es una musulmana de la rama sunita. En el 2006 cuestionó al Servicio Canadiense de Inteligencia y Seguridad por referirse en su página web a los musulmanes sunitas como “el problema detrás del terrorismo”.

El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos afirma que la nueva forma de racismo contra musulmanes es representado en el término “islamofobia”. ¿Qué como se manifiesta esta reacción? De manera creciente, todas las encuestas sociológicas nacionales e internacionales muestran un sentimiento de rechazo hacia los musulmanes, así como una espiral de discriminación hacia los musulmanes en las relaciones laborales, la vivienda y la educación. La emergencia del terrorismo internacional también ha alimentado este fenómeno

En el 2004, agentes encubiertos del FBI arrestaron a dos líderes de una mezquita en Albany, Nueva York acusados de aceptar unirse a agentes encubiertos en una conspiración terrorista. Los religiosos Yassin Aref y Mohammed Musharraf Hossain fueron engañados por agentes del FBI quienes ofrecieron la venta de unos morteros.

El entonces gobernador de Nueva York, George Pataki, afirmó: “El hecho es que hay terroristas entre nosotros, quienes quieren involucrarse en actos para atacarnos y quitarnos nuestras libertades”.

Fatima Najm señala al IPS: “Sin duda, hay otras mejores formas de mantener al público informado que no sea pintarnos a todos del mismo color. El problema con una retórica como ésta es que crea un escenario conflictivo. De esta manera, los musulmanes de Canadá o Estados Unidos nos sentiremos cada vez menos aceptados y habrá cada vez más resentimiento”.

Margarita Reyna Ruiz, investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM y especialista en el tema religioso considera que existen una serie de imprecisiones sobre el islamismo, la religión monoteísta más joven, por la falta de conocimiento del tema en los medios de comunicación. “A partir del 11-S, estos términos religiosos se comienzan a escuchar indiscriminadamente en el mundo. El fundamentalismo e integrismo se ligan irremediablemente con el terrorismo y el régimen Talibán, por la extraordinaria cobertura de los medios”, afirma.

¿Si los términos integrismo y fundamentalismo surgen en la cultura occidental, entonces cómo el régimen talibán se inscribe en la cultura islámica? “Los talibán pertenecen al islamismo, pero poco tienen que ver con esta religión como tal. Su visión es reductora, politizada, utilizan ideológicamente a la religión para conquistar y detentar el poder. En el nombre de Dios conquistan el poder.

Cuando hablamos de estos regimenes estamos hablando de una imposición autoritaria, en las que aparentemente se regresan a las costumbres puras, originales, que le dan identidad a un pueblo musulmán, pero en el fondo están justificando ideológicamente en el nombre de Alá la implantación de un régimen autoritario”.

¿Se han convertido estos grupos en un problema? No, el problema no es como se les denomine a estos grupos sino captar la práctica real y ser capaces de distinguir las deformaciones de tipo religioso.

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