El presidente Bachar el Asad entre sus partidarios |
Siria es un país que cuenta con apenas 22 millones de habitantes y un poco de petróleo. Hacia principios del siglo XX a Siria le fue arrebatado parte de su franja costera: Líbano, con el fin de ofrecer a la minoría cristiana un país donde pudiera ser mayoría. Pero Líbano y Siria han mantenido relación es sólo para arbitrar conflictos sectarios.
Recordemos que tras la Guerra de los Seis Días en 1967, Siria armó a las milicias palestinas refugiadas en Líbano. Cuando los palestinos se hicieron demasiado fuertes y pusieron en peligro el precario equilibrio religioso del país, estalló una larga guerra civil (1975-90), entonces el ejército sirio entró en Líbano en 1976 para ayudar a los cristianos a frenar a los palestinos. En 1990, los sirios pacificaron Beirut y en 1991 firmaron con el Gobierno libanés un tratado que formalizó su presencia en el país.
Siria es un país de mayoría suní, pero la familia Asad y la élite que gobierna el país pertenecen a la secta alauí, una rama del chiísmo, que ha fortalecido sus relaciones con Hezbolá, organización chií financiada por Irán y con base en Líbano que le hace la vida imposible a Israel. Hezbolá tiene un poder dominante en Líbano y en una de las fuerzas armadas más potentes de la región, Irán y Siria disponen de Hezbolá como intermediario para mantener la resistencia contra Israel sin comprometerse de forma directa.
Ribal el Asad, primo hermano del jefe del Estado de Siria, Bachar el Asad afirmó que los estrechos lazos con Irán también entorpecen el avance de reformas. "No sé si es verdad, como denuncian algunos manifestantes, que hombres que hablan farsi asesoran a las fuerzas de seguridad, pero sí sé que Irán hará todo lo posible para no perder a su único aliado en la región. Teherán es capaz de intervenir militarmente atendiendo una supuesta invitación de las autoridades de Damasco", ha declarado Ribal el Asad.
El principal objetivo de Siria es recuperar los Altos del Golán y por este territorio, arrebatado por Israel en 1967, los Asad estarían dispuestos hacer la paz (aunque odien a Israel) y romper relaciones con Irán, Hezbolá y Hamás.
Con información de The Guardian y El País
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