domingo, 13 de febrero de 2011

La Berlinale se solidariza con Jafar Panahi


Una silla vacía en la inauguración de la Berlinale fue la imagen más emblemática del Festival de cine en la capital alemana. Un lugar vacío similar al que no ocupó el disidente chino Liu Xiaobo en la entrega del premio Nobel de la Paz 2010. Esta vez era la silla de Jafar Panahi, cineasta iraní, encarcelado en su país por el delito de "propaganda contra el régimen".

La Berlinale se ha solidarizado con Panahi, uno de los cineastas más influyentes de la denominada "Nueva ola iraní", quien es profundamente crítico con la situación social en su país y ha retado con frecuencia a la censura y la presión política ejercida desde el gobierno de Teherán.

Isabella Rossellini, quien preside el jurado de la edición número 61 de la Berlinale afirmó que: "El simple hecho de invitar a Panahi para formar parte del jurado, aún sabiendo que había la posibilidad de que no estuviera aquí, ha sido una señal clara, por parte de la organización, a favor de la libertad de expresión".

Antes de iniciarse en el cine, Panahi rodó numerosos cortos y documentales para la televisión iraní y trabajó como asistente de director en varias películas. Sus cintas han recibido entre otros el León de Oro en el Festival Internacional de Cine de Venecia, por "El círculo" (Dayereh, 2000), y el Oso de Oro en la Berlinale, por "Offside", en 2006.



Con su debut en el cine, "El globo blanco" (1995), ganó la Cámara de Oro en el Festival de Cine de Cannes, mientras que con "El espejo" (Ayneh, 2003) se hizo con el Leopardo de Oro en Locarno. "Crimson Gold" (Talaye Sorkh, 2003) le dio el Premio del Jurado en Cannes. Su último trabajo, el corto "El acordeón", fue estrenado este año en Venecia.

Este año la Berlinale ha programado fuera de concurso la proyección de cuatro películas de Jafar Panahi, entre ellas “Offside” que relata la vida de las mujeres en la sociedad iraní, que están “fuera de juego” hasta cuando juegan al fútbol.

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