viernes, 2 de octubre de 2009

En Turquía un insulto puede costar la vida


Turquía desea ingresar a la Unión Europea pero no ha podido debido a una exigencia: reforma a las leyes que prohiben insultos en ese país y que reprimen la libertad de expresión al considerar un crimen burlarse de la “turquicidad”, de un personaje público o del fundador de la república, Atatürk. Turquía está intentando acatar la disposición. Insultar la “turquicidad” ya no es un delito grave, aunque insultar a la república sí lo es. Y el ministro de justicia debe dar su visto bueno a todos los posibles casos. La UE aún está decidiendo.

Este tipo de leyes data de la antigua Roma. Similares a las de difamación, pero concebidas para proteger el “honor” de las autoridades públicas, son una herramienta política. Incluso si nunca se hacen cumplir, dice Javier Sierra, director de una campaña de World Press Freedom Committee para erradicarlas.

Las leyes de insultos han generado debate en todo el mundo. Las sentencias han incluido multas de 1.1 millones de dólares (Azerbaiyán), y castigos de 74 latigazos (Irán). Asimismo, la amenaza de una multa o de encarcelamiento “puede aterrar a un periódico”, o a un sitio web. En 2007, Tailandia amenazó con entablar una demanda a un video en línea que presentaba a su rey como un simio.

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